miércoles, 22 de octubre de 2008

Un cuento sobre chinchillas









Este blog se ha creado como homenaje a unos animalitos casi desconocidos y que se hacen de querer.. .
1ª PARTE - EL CAUTIVERIO
Hans nacio en primavera, un día muy soleado, pero él no podía ver el sol.
Desde su jaula solo distinguía del exterior una leve luz natural en la pequeña ventana de la habitación.
Era una sale grande con filas de jaulas de alambre, unas sobre otras, solo tenia 4 ventanas muy estrechas en el extremo superior.
Hans había nacido en esa jaula y vivía con su mama y hermano.
En las jaulas contiguas a la suya habían mas mamas chinchillas con sus pequeños.
!que calentito se esta¡ pensaba Hans con su cabecita sobre el lomo de mama, su hermano intentaba colocarse cerca de Hans, este le miro enojado pero finalmente le dejo espacio, los dos hermanos se quedaron profundamente dormidos sobre ella.
Los días pasaban lentamente, algunas chinchillas parecían llorar con sus vocecitas lastimosas por la noche, eran aquellas que ya se habían quedado solas.
Hans sabia que los hombres que cada día entraban en la habitación a reponer la comida, el heno y el agua, a veces se llevaban consigo a algunas mamas y estas jamas volvían.
Aquella mañana como muchas se abrió la puerta, Hans se acerco a la parte frontal de la jaula agarrándose con sus patitas delanteras a los barrotes, de pronto las manos gruesas y viejas de uno de los hombres abrió la jaula de Hans, las tres chinchillas corrieron al fondo la de la jaula.
Todo fue inútil el hombre agarro a su mama por debajo de su cabecita y la arrastro fuera:
-Esta ya esta lista.Tiene un buen pelaje.
Afirmo el hombre.Cerraron la jaula dejando a Hans y su hermano solos, Hans vio alejarse su mama llorosa a traves de los agujeros de la caja donde la habían introducido:
-Adiós hijos mios, nunca os olvidare.
Hans y su hermano corrían y saltaban angustiados por la jaula, solo descansaron horas mas tarde con los ojos llenos de lágrimas, preguntándose si volverían algún día a ver a su mama.


2ª PARTE - MAMA NO VOLVERA
Solo había pasado un día desde que se quedaron solos cuando nuevamente su jaula se volvió a abrir.
Una mano grande intentaba coger a Hans, al final lo consiguió y lo metió en una jaula alargada de metal con 6 ventanas cubiertas de alambre, el no lo sabia pero era un jaula de transporte.
Sacaron a 6 chinchillas por primera vez de aquella habitación, las seis pudieron observar el resto de la instalación, todos ellos intentaban localizar a sus mamas mirando a traves de las pequeñas ventanas.
Pasaron de una sala a otra, la luz a veces les molestaba a los ojos.
Finalmente sacaron la jaula de transporte al exterior.
Empezaba una nueva vida para Hans, al salir al exterior pudo ver la luz del sol por primera vez en su vida, aunque sus pequeños ojos estaban llenos de lágrimas.
La jaula con las 6 chinchillas fue introducida en la parte trasera de un automóvil, y después en un avión que lo llevaría muy lejos de aquel lugar, cruzaría el océano atlántico.Hans era llevado a Barcelona, seria vendido como mascota.

3ª PARTE - NUESTRA NUEVA MASCOTA
Me llamo Jordi vivo cerca de Barcelona, con mis padres y mi hermano mayor Marc, el tiene novia, se llama Marta.
Mi madre esta enferma desde hace 2 años, antes trabajaba y casi nunca estaba en casa, le gustaba mucho su trabajo, pero al caer enferma no pudo seguir con el.
Ahora esta triste, muy triste, pues su vida ha cambiado mucho, siempre encerrada en casa. Aun así cuida de todos nosotros.
Pero mi hermano y yo no queremos que este triste hemos pensado regalarle una mascota, que juegue con ella, que le haga compañía, así que hoy nos vamos a Barcelona ciudad a comprar unas chinchillas.
Hemos llegado a las Ramblas en el centro de Barcelona, esta llena de gente y tiendas de flores y animales, y hemos tenido suerte pues hemos preguntado y hoy ha llegado una caja con chinchillas de subamerica.
Marta y Marc escogieron a 2, una hembra y un macho, el macho es un poco mayor que la hembra.
- ¿y que nombre les pondremos?
- A ella pichurra y a el gordo, pues esta muy gordo.
Así Hans paso a llamarse gordo, cosa que no le agrado.


4ª PARTE - UN NUEVO HOGAR
Las chinchillas llegaron a mi casa y a mi madre le encanto ver aquellos animalitos como corrían y saltaban, finalmente acababan escondiéndose debajo del sofa, o de cualquier mueble.Decidimos comprar dos jaulas, poner una sobre otra comunicadas por el centro para que ellas pudieran saltar.
Pronto nos empezaron a reconocer, una vez al día abríamos las jaulas y las dejábamos correr y saltar a sus anchas.
Sus saltos cada vez mas altos hacían reír a nuestra madre, pero no tanto sus travesuras, pues pronto empezaron a roer todos los cables eléctricos que encontraban, con peligro para sus vidas.
Hans estaba contento con su nueva compañera, Pichurra era mas valiente que él, se subía al regazo, se dejaba acariciar, así como acurrucarse debajo de la manta que cubría las piernas a mi mama.
Mi madre empezó a cambiar, aquellos animalitos le hacían sonreír, y quiso saber mas sobre ellos.
Eran animales casi en peligro de extinción en su vida salvaje, la mayoría de ellos vivían en cautiverio para producir abrigos carisimos con sus pieles.


5ª PARTE - LAS TRAVESURAS DE HANS
Cuando Hans (Gordo) y Pichurra disfrutaban de sus paseos fuera de la jaula, se volvían muy curiosos, demasiado, incluso ponían en peligro sus vidas.

Una tarde mientras mi madre preparaba la cena, Hans y Pichurra corrían y saltaban por el comedor de la casa.
Hans había aprendido a abrir la puerta de aquella estancia, saltaba de lado dando un empujón con sus fuertes patas traseras a la puerta, de esta manera la entreabría, después solo tenia que acabar de abrirla empujando con sus dientes y en cuanto su gordo cuerpecito cabía por el hueco de la puerta, salía disparado en busca de nuevas habitaciones que explorar.

Pero esa tarde entro en uno de los baños de la casa, la tapa del WC se había quedado abierta y tuvo curiosidad de saber que había en aquel recipiente hueco y ovalado.
Sin pensárselo dio un salto para subirse a la taza del wc con tanta mala suerte que resbalo.
Intento con sus patitas delanteras agarrarse a las paredes de aquel túnel y no caer en el agua, pero fue inútil, y su cuerpo quedo atrapado en el fondo del water.
Ahora solo podía intentar mantenerse a flote moviendo sus patitas sin cesar.

-¿Hola buenas noches, que tal estas?
Se escucho al fondo.
Era mi padre, regresaba a casa del trabajo.
Como cada día se acerco a mama y le dio un beso.
Después fue a su habitación a cambiarse de ropa para estar cómodo y cenar.
Al salir de la habitación entro en el baño para asearse.

-¡Dios mió que es esto!

Papa acababa de descubrir al pobre Hans en el fondo del water, lo agarro deprisa y abrió el grifo del agua caliente del baño colocando su cuerpecito mojado debajo para que entrara en calor.
Hans estaba desfallecido, agotado, y pensábamos que iba a morir.
Todos, mama, papa, y Marc, nos apresuramos a buscar una manta, una esterilla eléctrica caliente y con todo ello arropamos a Hans en la falda de mama.
Apenas se movía, no levantaba su cabecita, esperábamos lo peor.
Pichurra desde la jaula lo observaba todo, estaba inquieta de pie agarrada a los barrotes.
Pero por fin Hans se empezó a mover, su pelo estaba ya medio seco, y sin esperar a estar seco del todo, se levanto y se fue corriendo a la jaula junto a Pichurra.
Ella cuando lo vio a su lado le dio un beso, y los dos se metieron en su casita de madera acurrucándose y dándose calor.
Aquella noche nos levantamos varias veces toda la familia para ver si nuestras chinchillas estaban bien, y así fue.

Hans se había vuelto muy travieso, había observado que mi padre cuando quería descansar se sentaba a leer o ver el televisor en su sillón preferido, fumándose un cigarrillo.
Así pues cuando las chinchillas se quedaban solas en el comedor, Hans prefería ocupar el sillón de papa, quizás se sentía importante.
Un día acabábamos de cenar y mi padre decidió pasar al comedor para sentarse en su sillón y ver las noticias del día en el televisor.
Pero cual fue su sorpresa que al abrir la puerta se encontró a Hans mirándolo fijamente,. con carita de asustado y sentado en su sillón con una colilla de cigarro apagada en la boca, al verse descubierto dio un salto y se escondió debajo de un mueble.
Sabía que no estaba bien, pero le encantaban estas travesuras.

-Estos animales no pueden andar a sus anchas por la casa.
Se quejo mi padre a mi madre tumbada en su cama.
-Lo se, necesitarían otro tipo de hogar, una casa con un jardín o algo así.
-Ya pensaremos mañana que hacemos, ahora voy a dormir que mañana tengo que madrugar como siempre, buenas noches cariño

Papa siempre se quedaba dormido antes que los demás, pues era el primero en levantarse.
Mientras él se acababa de acostar nosotros todavía jugábamos con las chinchillas en el comedor, aquel día no nos dimos cuenta y Hans se volvió a escapar a sus anchas por la casa.
Y como si todo lo que perteneciese a mi padre parecía entusiasmarle vio su abrigo nuevo en una de las sillas de su habitación, así que no se le ocurrió otra cosa que hacerse pipi sobre el.
Después corrió a la cama donde ya dormía mi padre y dio un salto que lo llevo directo al rostro de papa.
-¡Pero que es esto!
Grito mi padre..
-Esta chinchilla no me dejara ni dormir.
Hans salio corriendo de la habitación, alegre pero asustado.
Las travesuras de Hans, eran constantes.


6ª PARTE - VIAJE A LA LIBERTAD
Estaba claro que Hans y Pichurra se querían cada vez más.
Casi siempre se acariciaban y se besaban. Pronto tendrían familia.
Les encantaba corretear fuera de la jaula, pero los peligros en la casa podían acabar con sus frágiles vidas.

-Estos animales necesitan vivir en su hábitat
-Siendo libres viven hasta 20 años, para abrigos de piel solo un par, deberíamos darles una vida mejor.
-¿Y que quieres que hagamos?
-Un largo viaje.
-¿A donde mama?
- A Chile.

7ª PARTE - LA DESPEDIDA
Llego el día.
Habíamos decidido emprender el viaje a Chile, a la reserva nacional para chinchillas de Illapel en la provincia de Choapa.
Solo iríamos mi madre, yo y naturalmente nuestras dos chinchillas.
El viaje desde España era largo y teníamos miedo de que las chinchillas no lo superasen, pero estábamos decididos a intentarlo, el propósito del viaje era dejarlas en la reserva para que vivieran en libertad.
Marc y Marta se despidieron en el aeropuerto de Pichurra y Hans, estaban tristes pero sabían que la vida en Chile seria lo mejor para ellas.
La compañía aérea fue muy amable en el transporte de la jaula con las dos chinchillas, pues estuvieron en cabina y no en la bodega.
Llegamos a Santiago de Chile, en el aeropuerto nos esperaba José, seria nuestro guia durante toda la estancia en aquel país.
Jose.-Hola, ¿Tuvieron buen viaje?
Mama.- Perfecto, pero Illapel esta lejos de Santiago ¿no?
Jose.- Unos 300 kms. Pero hemos tenido suerte, mi primo tiene una avioneta con la cual hace el transporte de Santiago a otras provincias, como el autobús que va a Illapel ya partió y el tiene que ir hoy a Choapa le comente llevar a dos pasajeros y me dijo que si.
Mama.- Me parece bien, llegaremos antes de lo previsto.
La avioneta del primo de Jose no era muy cómoda, pero ese mismo día llegaríamos a la reserva y nos pareció estupendo.
Ya en el aire pudimos ver parte de la cordillera de los Andes, era un paisaje impresionante, todo iba muy bien cuando oímos un ruido que provenía de uno de los motores del avión.
Mi madre me miro enseguida asustada, no podía creer que aquello estaba sucediendo. La avioneta empezaba a perder altura rápidamente, Jose se aproximo a nosotros para contarnos lo que ocurría.
Jose.- Por favor no se asusten, mi primo es un buen piloto, pero tendremos que aterrizar inmediatamente, uno de los motores tiene una avería, así que sera mejor que no se muevan del asiento y pongan sus cabezas sobre las rodillas. Lo siento.
Pude leer en el rostro de mi madre el miedo y sobre todo un profundo sentimiento de culpa por llevarme a mi en aquella situación, yo intente calmarla no quería que sufriera.
Empezamos a rozar arboles y oír los golpes de algunas ramas en el aparato, parecía que aquello acabaría pronto. Jose tenia razón, el piloto fue muy hábil y aterrizamos bruscamente en un claro del bosque pero a salvo.
Ya en el suelo Jose nos hizo salir del aparato, su primo se puso en contacto por radio con el aeropuerto de Santiago de chile para dar la localización y pedir ayuda.
Jose.- Tendremos que esperar un buen rato a que vengan por nosotros, enviaran un coche del pueblo mas cercano, ¿porque no se acomodan?, miren allí hay una entrada de una cueva pueden quedarse en ella mientras descargamos todo el material.
.- Si pero nos llevaremos la jaula con nuestras chinchillas.
Nos sentamos apoyados en la pared de la cueva con la jaula frente a nosotros, Hans y pichurra estaban tranquilos acurrucados uno sobre otro.
No podíamos saber que longitud tenia la cueva, su oscuridad no permitía ver el final.
Empezó a anochecer, los ruidos del bosque parecían cada vez mas fuertes, yo estaba inquieto y no dejaba de observar a nuestro alrededor.
De pronto unos destellos diminutos aparecieron del fondo de la cueva.
.¿Has visto eso mama?
Eran unos ojos brillantes que se movían deprisa, no sentimos miedo porque reconocimos inmediatamente a que animales pertenecían, eran chinchillas.
Mama.- Supongo que han percibido la presencia de nuestras chinchillas, empieza a anochecer , es cuando están mas inquietas.
Solo basto una mirada entre mi madre y yo para comprender lo que pensábamos los dos, quizás era el mejor momento y el mejor lugar para que nuestras chinchillas se quedasen, la cueva les daría cobijo y el resto de chinchillas salvajes cuidarían de ellas, así pues abrimos la jaula y
dejamos a Hans y pichurra en la entrada de la oscuridad de aquella cueva, su nuevo hogar.
Al poco tiempo otras chinchillas se acercaron, eran gruesas pero ágiles, Hans y pichurra corrieron tras ellas como entendiendo que eran invitadas por las demás.
Nuestros corazones sintieron una pena profunda pero al mismo tiempo la alegría de ver que nuestro viaje había valido la pena y que aquello era el mejor final de nuestra aventura.
Mama.- Mira Jordi, Pichurra regresa hacia nosotros.
Pichurra dio un salto y se coloco sobre mi hombro se acerco a mi mejilla y me beso como suelen hacer las chinchillas, aquel animal tan diminuto era capaz de inundar de alegría mi corazón, Hans le esperaba a nuestros pies, de otro salto Pichurra corrió a su lado y los dos desaparecieron en la oscuridad de la cueva, fue la última vez que les vimos, nosotros no les olvidamos pero estoy convencido que ellos tampoco.
FIN